miércoles, 1 de septiembre de 2010

Valdés, seis años siendo el número 1

A sus 28 años, ha llegado a su madurez y ya es uno de los mejores guardametas de la historia del club.

Víctor Valdés es una persona a la que se le ha negado mucho durante su carrera: cualidades como portero al principio y trofeos individuales cuando lo primero era indiscutible. También que no tenía sitio en la selección española. Pero las cosas se van poniendo en su sitio.



De momento, el guardameta de L’Hospitalet con corazón de Gavà ya es el indiscutible número 1 del Barça, lo que buscó desde que era niño. Hoy, que los dorsales ya están entregados oficialmente, Valdés inicia su séptima temporada con el primer dorsal de la plantilla, que adquirió al inicio de la 2004-2005, la de su consolidación definitiva en una de las porterías más complicadas del mundo. Antes, tuvo que pelear lo suyo. Nunca ha dejado de bregar. Desde abandonar el Barça para marcharse junto a su familia a Tenerife hasta la polémica con Van Gaal por sus idas y venidas desde el filial. Víctor Valdés nunca ha escondido su carácter. De hecho, es imposible que pueda hacerlo. Pero es precisamente esa personalidad la que le ha llevado a defender la meta del Camp Nou desde el verano de 2002. Debutó oficialmente el 14 de agosto de aquel año, en la previa de la Champions ante el Legia Varsovia. No encajó goles ni en la ida ni en la vuelta.

Su debut en Liga fue hace exactamente seis años, el 1 de septiembre de 2004, ante el Atlético de Madrid (2-2). Ya nadie le ha logrado descabalgar de la titularidad. Desde entonces, además, ha ganado tres Zamora, los años 2005, 2009 y 2010. Esos son los únicos trofeos individuales que no le pueden discutir. Se trata de pura estadística.

Aunque el guardameta no puede quejarse en lo que a premios colectivos se refiere. Sus dos primeros años coincidieron con el ‘tardogasparismo’, la época más nefasta de la historia del Barça sin tener en cuenta la dictadura. Ahí poco pudo hacer para evitar seguir coleccionando años en blancos.

En cambio, desde que se hizo un sitio fijo en la portería, el equipo empezó a ganar. Primero las dos Ligas y la Champions de Frank Rijkaard, con una actuación soberbia en París que posibilitó la remontada ante el Arsenal. Y ya recientemente, dos nuevas Ligas y otra Champions, la de Roma, en la que volvió a ser clave para que Eto’o y Messi hicieran el resto. A Víctor Valdés se le pueden criticar algunos errores puntuales, cada vez menos, pero es innegable su capacidad para aparecer en las grandes citas, en las grandes noches.

A sus 28 años, ha logrado la madurez necesaria como futbolista y se ha ganado el respeto de todo el mundo. En el Barça lo tiene desde hace años –el 8 de noviembre de 2008 alcanzó los 200 partidos de blaugrana, siendo el portero más joven en lograrlo–, pero no así en la selección.

Aunque no jugó ni un solo partido, Víctor Valdés fue convocado por Vicente del Bosque para disputar el Mundial de Sudáfrica. Regresó con el título de campeón del mundo. El meta canterano es un ganador y lo ha demostrado durante toda su carrera. Acabó con un debate endémico en la portería del Barça y se ha ganado el derecho a ser considerado ya uno de los mejores porteros de su historia. Por lo menos, en lo que a títulos se refiere.

Víctor Valdés renovó en junio del año pasado, tras unas tensas negociaciones, hasta junio de 2014. Decidió seguir agrandando su historia con el Barça, el club que le vio nacer como futbolista y en el que, si no pasa nada, podría acabar su carrera algún día. De momento, el de L’Hospitalet acabará su actual contrato con 32 años, una edad ideal para seguir parando.

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